martes, 9 de julio de 2024

Diario de Dazai: VII

Necesito un poco de paz, D. No eres una persona, pero de una u otra forma eres en quien más confio, eres yo misma, mi propia vida, ¿cómo no voy a confiar? Me siento si fuera una bomba, es decir, que nunca sé cuándo voy a explotar o qué es lo que me provoque. Así que cualquier cosa que tenga cerca es un riesgo de ser un detonador. Tengo que cuidar las cosas que se me acercan. Me pasa algo muy extraño, D. Mi mente está creando ilusiones para huir. Siempre supe que soy algo cobarde y que tengo ganas de llorar reprimidas, pero mi mente nunca reaccionó así, creando ataques de pánico y compulsiones, ni crisis. No en este sentido tan contundente. No quiero terminar loca, en verdad, ni olvidar lo que representa cada persona en mi vida, D.

No quiero olvidar mi sueño. Necesito recordar ese dolor que viví, no quiero olvidarlo. No quiero olvidar lo que significa, lo que ese dolor vale para mí. Ayúdame, D. Ningún psicólogo va a creer cómo siento. Tú que no existes, eres capaz de curarme, sólo necesito que me escuches, que todo lo que escribo en esta libreta se quede así, tal cual lo escriba. No te vayas, no me dejes, porque eres mi mundo entero. Todo lo que pienso, lo que siento y lo que soy está plasmado en tus hojas, impreso con algo más significativo que simplemente tinta. 

¿Hace cuánto, que moriste? Hace siete... quizá diez años. No lo puedo recordar. Y moriste de una forma que nunca voy a entender completamente. ¿Qué clase de muerte es ésa? No lo sé. No entiendo. Quizá mi único problema con Dios es que no entiendo la muerte que da a las personas. La vida se acaba tan rápido, tan repentina... como si no importara lo mucho que uno se esforzara, simplemente va a morir y ya. Y ni siquiera puede ser una cosa memorable o digna. Pareciera como si todas las cosas buenas que uno consiguió luchando con todo lo que tenía, al final fueran recompensadas con una muerte que ni siquiera pidió. 

Si alguien vive de forma tan triste, Dios por lo menos debería tener un poquito de compasión y darle una muerte digna, no tan triste como su vida. Si un gran hombre hizo tantas cosas en su vida y cultivó amor, y habló tan bien de Dios, ¿no era justo que le diera una muerte un poco menos extraña? Pero claro, sea como sea, la muente sólo es eso: muerte. ¿O no? Es tan simple, tan fácil de entender, pero yo no puedo hacerlo ni creo hacerlo después. Dudo poder perdonar una muerte tan extraña algún día. Y dudo poder perdonarme tener la vida escapándose entre mis manos, sin hacer nada más que llorar. Es irónico, y amargo, muy amargo, D, que cuando murió, yo ni siquiera sabía qué significaba la muerte. 

Ciertamente sigo sin entenderlo del todo bien. Supongo que por eso, a pesar de que no lo odio, ni culpo, ni guardo rencor por ya no ver a los que han muerto, al menos a Dios nunca voy a poder pasarle por alto la manera en que hace las cosas. No lo entiendo; a este Dios del que todos hablan con tanto amor e ilusión; nunca lo voy a entender. Y tú sabes que soy una persona con la política de "si no entiendo, no confío plenitud", ¿cierto? Quizá por eso tampoco confío plenamente en el amor. Soy capaz de sentirlo, así como no niego la existencia de Dios, no tengo realmente algo en contra suyo, no tengo una razón verdadera para odiarlo, pero soy de naturaleza desconfiada. No me fío de Dios ni del amor. 

Apenas y conozco a ambos, ¿cómo voy a confiar plenamente? Recién me doy cuenta de lo que será mi vida y lo que quiero en ella, tengo diéciseis años, ¿cómo voy a afirmar que amo con todo mi corazón a alguien que apenas voy conociendo? Nunca supe quién era Dios más allá de rezar; nunca encontré cómo amar a Dios. Traté con ganas, pero no logré más que aceptar su existencia y ya. Qué cosas, ¿no, D? Dicen que Dios en sí es el amor, eso explicaría por qué lo siento, por qué sé que existe y que es algo más allá de lo que conozco, pero ¡oh, vaya ironía! Resulta que es precisamente ese el problema conmigo, ¡que no lo conozco! No entiendo muchas cosas, pero estoy segura de que no puedes amar a quien no conoces. Quizá querer, pero no amar. El aprecio es diferente al amor, eso sí lo entiendo. 

Por lo mismo de la política que tengo sobre no confiar en lo que no entiendo, acepto que le he agradecido cosas que me han pasado, y pedido disculpas por mi inmadurez, y rogado por lo que más quiero. Y sé que eso no lo haría si le guardara rencor. Pero no le puedo confiar mi vida si no entiendo qué es lo que hará con ella. Sé que me complico la vida, pero es mía, aún no se la entrego a alguien, por eso tengo la libertad de cuidarla, y quererla, y... amarla, a mi manera. No estoy loca, D, tú lo sabes. Sé que lo sabes. Me falta mucho por vivir, y yo quiero y espero que [mi vida] sea lo suficientemente larga, o corta, incluso; del tamaño ideal para encontrar lo que busco. Sólo quiero que me alcance la vida para reconciliarme con todas las cosas que no entiendo. Quiero sentir, amarme, entenderme a mí misma, porque ni yo me entiendo. No quiero pelear con el mundo todo el tiempo.

lunes, 8 de abril de 2024

Diario de Dazai: VI

Hace apenas unos meses (o lo que parecen meses; ya no los distingo de los años), juraría que no podría seguir sin ti. Estaba segura de que te necesitaba para verle sentido a la vida. No me moriría sin ti, pero quizás para mí eso era peor. Para mí siempre ha sido más fácil imaginarme muerta, que sufriendo indefinidamente. 

Y sin embargo, creo que hoy lo he estado haciendo. Vivo, para mi desgracia. Estoy aprendiendo a vivir sin ti en contra de mi voluntad; a desapegarme poco a poco de las cosas que me importaban. Hasta que nada me importa más. Estoy aprendiendo a... ¿hacer vínculos? No; a colgarme de otras personas que me sirvan de anclaje, de soporte; de vehículo para seguir, para llevarme arrastrando como peso muerto, hasta que tenga fuerzas para caminar sola otra vez. 

Sola, sola; ¿siempre sola? ¿Siempre tengo que caminar con mi propia fuerza? ¿Es necesario? ¿Es lo correcto? ¿Es inmoral e insano dejarse caer y que lo arrastre a uno alguien más? ¿Es inaceptable que alguien más haga el trabajo difícil por ti? ¿Siempre tienes que seguir afrontando la vida? ¿Tienes que seguir caminando hacia las adversidades mientras ves el muro de frente, sabiendo que te va a golpear si avanzas? ¿No es eso estúpido, incongruente, sin sentido? Así que sigo buscándole el sentido a algo que no lo tiene.

Ojalá no tuviera que levantarme de la cama ni hacer nada. Ojalá pudiera quedarme tirada en el piso, hundiéndome eternamente sin que nadie me moleste. Ojalá no fuera tan doloroso avanzar, ni hundirse, ni quedarse inmóvil. Todo es doloroso, cualquier elección da lo mismo; ni siquiera es una elección. Ojalá pudiera tirarme en el agua y flotar, que me arrastre la marea a cualquier parte y luego pueda desaparecer de allí. 

Todo es pasajero, después de todo. Todo se va, nada permanece. Si siempre he de estar sola, quisiera no volver a hacerme ilusiones; quisiera matar el corazón, no volver a amar, no volver a sufrir. Pero mi corazón siempre late y mi cerebro siempre siente; siempre produce hormonas y secreciones que me hacen percibir emociones, sensaciones... Nunca se muere mi cuerpo. Se van los demás, y yo sigo aquí.

No hay relación por la que no sufra. Ni siquiera tú, que me cuidabas tanto, me evitaste el vacío de ya no tenerte. Si esto es un requisito para hacer vínculos, quisiera poder vivir sin ellos. Pero no puedo, porque duele la soledad; porque soy un maldito ser humano. Es una condena.

jueves, 14 de marzo de 2024

Diario de Dazai: V

Si pudiera expresar mi sentir con palabras, ¿qué diría?

Son las primeras horas de la madrugada y no paro de pensar, de maquinar ideas dentro de mi mente, en mi cerebro, y comienzo a tener complicaciones para dormir.

¿Qué hay en mi cabeza? Me pregunto si sería conveniente para mí poder extraer una por una las ideas que divagan ahí, tomar cada una y unirlas de forma que sean coherentes.

Noto con tristeza que muchas cosas que hacía por placer, de a poco perdieron su toque, y las fui haciendo más por costumbre, porque no tengo nada más –menos molesto– con lo que perder el tiempo.

Tiempo que debería emplear en otras cosas de mayor relevancia.

No sé si sería conveniente desentrañar las ideas dentro de mi cerebro porque sería muy triste –aún más– descubrir no sólo la cadena coherente que forman, sino también otras cosas...

Cosas como que mi cabeza está llena de mierda.

Claro que si digo "mierda" me refiero a un concepto de diccionario que ahora no estoy dispuesta a indagar, ni explicar a base de ejemplos. 

No tengo humor.

¿Cuándo lo tengo ya?

No quiero encontrar respuestas, porque no las soportaría. No sé si es por debilidad o por fortaleza.

Sólo sé eso, y que quiero un abrazo. Que la mayor parte de mi vida he esperado un abrazo. No de cualquiera, aunque no son pocas las "personas" de las cuales lo espero. 

Casi podría llamarlo un anhelo.

Casi.

A veces –sólo a veces–, cuando siento que el dolor me está bloqueando los sentidos, quisiera desparramarme a llorar como nunca he llorado; como si me fuese a matar con ello.

Y también, de vez en cuando, me entran tremendas ganas de amar; demostrar mi amor entero a alguien como no le he mostrado a nadie más.

Pero la cosa no va así.

Es más sencillo dejarme llevar por la rabia, la furia, por toda la ira acumulada de cosas que no he podido manejar. 

Es más fácil verse despreciable, que frágil.

O quizá sea simplemente mi orgullo lo que me hace decir "nunca", y repetirlo tantas veces en mi vida.

Honestamente, estoy cansada.

Estrés, TOC's, ansiedad, desvelos, altas expectativas, papel de líder (responsable) cuando no corresponde... vidas.

¿Cuánto peso más debo poner sobre mis hombros para justificar mis errores, mi cansancio?

Cuánto más...

Podría ser incluso más sencillo fumar, tomar, salir de juerga, bajar mi rendimiento, desconocer mis fallos, drogas... 

Suicidio.

Resolvería muchas, tantas cosas...

Pero ahí está de nuevo ese mal/bendito orgullo en forma distorsionada, adquirido como dignidad.

Hay aún cosas que no quiero perder. Aunque mi vida no es precisamente lo que querría, descubro que huir tampoco me brinda el sentimiento deseado. "Casi" anhelado.

Si no soy capaz de huir, ni tampoco de hacerle frente a mis complicaciones, ¿qué debo hacer? ¿Qué se supone?

¿Cuál es el sentido de mi vida?

¿Complicármela? ¿Sólo eso y ya? Porque afortunada o desafortunadamente, "problemas" no es la palabra más adecuada a mi vida.

Sólo soy complicada, mucho más que cualquiera.

"Quiero morirme", "quiero vivir". 

He dicho ambas oraciones. 

También "ya no quiero seguir con esto" y "esto es lo más apreciado por mí".

Quiero seguir; ya no quiero. 

"Quiero destruirlo", "Quiero protegerlo".

Cuando tengo algo valioso entre mis manos...

¿Lo estrujo o lo acaricio?

No hay problema en tener contradicciones mentales, pero ¿cómo puede existir alguien así? Tan complicada...

Yo sólo quiero paz, quiero lo mejor.

Dicen que lo mejor es complicado. No quiero encontrar respuestas ahora. Me causan miedo.

Así que, temiendo equivocarme, no me muevo.

Sólo me pregunto cuándo se irán mis temores, mis miedos. Cuándo seré libre de moverme sin ataduras.

Libertad...

Además de la dignidad, esa libertad es algo que tampoco quiero perder, y a la vez me esfuerzo por obtenerla como yo quiero, como me hace sentir plena [la tengo, pero no como yo querría]. 

Es algo que perdura, que siempre he protegido, pero que se puede destruir en cualquier momento.

Que puede estrujarse y acariciarse a la vez.

"Siempre" es otra palabra que sin preverlo suelo utilizar.

Yo pienso que sí me complico mucho. Lo deduzco, lo concluyo.

Bien, mi mente empieza a alucinar, es la señal que indica que ya va siendo hora de dormir.

Diario de Dazai: IV

Aquí vengo otra vez. 

Tengo un lío con respecto a Dios.

Quiero creer. Quiero tener una manera de sentirme tranquila, pero no sé quién sea Dios. 

Entregar mi vida a alguien que no conozco no es el problema; el problema es que no me gustan sus reglas.

Aunque admito que he sido infantil odiándolo por cómo lo idolatra la sociedad.

Es decir, no creo que Dios tenga historia. Eso es sólo rumor de la gente.

Ahora que lo pienso, Dios ni siquiera tiene que ver con religión, al menos no de la que estoy hablando.

"Religión" desde siempre ha ido relacionado a economía, economía a política y ésta a su vez a sociedad, es decir, masas.

Dios es la fe, la creencia y la manera de pensar. Cada quien piensa distinto. 

Es imposible que todos piensen lo mismo. La esperanza de cada quien es invaluable y única.

El que las personas sean de una misma religión y vayan a la misma iglesia, no quiere decir que sus ideas de Dios sean iguales. 

Cada quien tiene su propio Dios, su propia meta, su propio sueño: su propia vida.

Así que en términos religiosos, soy atea, porque mis ideas no pertenecen a ninguna religión.

Pero en mis términos ideológicos, eso no es lo mismo a negar que existe un Dios. Yo sé que existe. 

Así que si ateo significa originalmente "persona que niega la existencia de Dios", definitivamente ésa no soy yo.

Diario de Dazai: III

Qué hay, D.

No suelo hablar de mis sentimientos. 

En realidad no suelo hablar de nada.

No me gusta. 

Pienso en lo que tal vez piensa otro.

Y sólo hablo de trivialidades.

Es irónico.


Sigo caminando sola a fin de cuentas.

Todo lo que amo, desaparecerá.

Y yo siempre recuerdo a los que se van. 


¿Qué soy yo, D?


Consuelo es una palabra que no entiendo del todo.

No puedes dar algo que no tienes. 

Es algo que no puedo hacer. 

Dar consuelo. 

Porque no he encontrado aún un motivo que valga las penas.

Sigo el sistema.


Es la clave del porvenir. 

Sin favoritismo no hay injusticia.

Sin amor no hay odio. 

Sin motivo para sobresalir, tampoco lo hay para rendise. 

Es mi secreto.

No digas nada, D.

Nadie va a tocarte.

Yo te cuidaré.

He de mantenerte a salvo.

En mi mente nadie te tocará.

Sin contacto no hay daño.

Lo más cercano a amor sólo existe en mi cabeza.

Mi paraíso es sólo una ilusión.

Simple.

Si el cielo azul no existe, imagino que lo pinto con mis propias manos.

Por ello es mío.

Si soy feliz o no...

La decisión es mía.

Es mi secreto.

No cuentes nada, D.

Mi mayor sueño no es más que una utopía.

Y nadie lo sabrá, D.

No permitiré que te toquen manos que no sean solo mías.

Tu dueña únicamente soy yo.

Lo que está dentro de mi mente... eso no lo puede saber nadie que no sea yo.

Soy su dueña.

No comparto lo que sueño.

Aun si son pesadillas.

No hablo mucho, D.

Hablar es dar información.

No necesito información de otra persona que no sea yo.

¿Te mencioné que no me gusta hablar, D?

Algo que no existe para el mundo, no puede destruirse par obra de él. 

Si quiere ser destruído, tendrá que esperar a que yo lo decida y punto.


"Te amo".

Claro que yo no sé amar.

Soy impotente en cuanto a amor. 

Es todo parte de mi mente. 

Mundo imaginario, sentir imaginario.

Simple.

Lógico.

Irreal.

¿A que sí, eh, D? 

Mi cerebro trabaja retorcido. 

Así soy yo.



Diario de Dazai: II

Hacer el amor es recorrer el mundo con mis dedos. Es buscar el camino a tus labios... Es deslizarme entre tus venas y tus sueños. Es sentirme afortunado. Es recorrer la distancia que existe entre mi alma y la tuya siempre en un suspiro.


¿Qué concepto abstracto toca analizar hoy, eh, D? Amor... 

No. Demasiado trillado.

Llamémosle "Relación Afectual no Identificada". Nop. Clasificada. 

Eso suena mejor. 

Lo otro sonaba a ovni.

Así que "RANC". 

Me he puesto a dormitar por búscale sentido a ello. 

Qué pereza ser humano. 

¿Crees que mi vida cambie, D? 

"Cambia tú y y cambiará tu vida". 

He cambiado.

Me he vuelto más cínica. 

Cambié llanto por indiferencia.

Cambié lo suficiente.

Pero todo parece igual.

Me llegan cosas que he pensado varias veces.

Siempre regresan.

De hecho, en verdad opino que nunca se van.

Presumo en ese caso que nunca estoy sola.

Tengo la compañía del miedo.

La locura hace un buen trabajo. 

Y por supuesto, de mi mano camina sujeta la mentalidad paranoica.

El puño golpea, rompe, destruye. 

El puño lastima, hiere, silencia. 

El puño mata, viola, amenaza. 

Qué lindos argumentos, ¿a que sí, D?

"RANC" no es puntual.

No llega para solventar los gritos de la multitud eufórica por oír: 

El puño tuvo su origen en otro puño.

Eran palmas que se estrujaron para no soltarse jamás.

Eran mariposas que cerraron sus capullos para convertirse en orugas y desaparecer al final.

De ese modo acarician, como el viento, sin dar cuenta a nadie de lo mucho que vale para sostener al cuerpo respirando, aunque nadie lo ve. Sólo se siente.

El puño que se queda puño, sostiene la soga de la que pende su amigo, y presiona la aguja que ha de curar enfermedades, y derriba muros que levantan los hombres para aprisionar.

El puño que llega a viejo, probablemente dejará un legado. 

Sostén el martillo. Estrújalo. 

Contrólalo y golpea la piedra que se volverá puente entre el sentir mutuo y ajeno. 

Y mantén la palma cerrada. 

Siempre en forma de puño.

El público asegura que "RANC" callaría la boca inexistente de Miedo, también dejaría a Locura muda de la impresión, y por supuesto, Paranoia dudaría de su naturaleza propia.

Apostaría a que te comes los dedos en espera de lo que pasa con "RANC", si los tuvieras, D.

No voy a contarlo. 

Ya hablé mucho hoy.

Mi comentario es que lo más desagradable puede ser igualmente la existencia más leal.

"RANC" no ha llegado, pero no estoy sola. Horriblemente no lo estoy. 

Oye, D, lo tengo.

No estoy analizando qué es "RANC".

Estoy tratando de comprender por qué aún la espero.

Dos opciones, tú elige, D:

Esperanza por el regreso de "RANC".

O desesperación tras vivir con dolor.

Opino que son lo mismo.


sábado, 9 de marzo de 2024

Diario de Dazai: I

Me siento extraña. Triste, pero extraña. Quiero escribir mucho, y a la vez, nada. Detesto todo, pero quiero cariño. Soy como un erizo. No quiero hacer nada; que todo se haga solo. Quiero perderme; quiero vivir. ¿Aún estoy aquí, entre todos? Me siento, más bien, perdida en la nada. Es día de la mujer, pero no quiero hablar en femenino, tampoco en masculino. Ni siquiera quiero hablar, aunque hay mucho que decir. Siento asco, pese al vacío. No tiene sentido. No tengo razόn de ser, entonces ¿por qué sigo viviendo?, ¿por qué quiero vivir? No quiero morir, pero no hallo una razón de vida. No quiero morir, pero no tengo elección. Morir es lo único que queda. Porque si no, ¿qué me queda? ¿Qué he perdido? Estoy hueca. Como una muñeca rota, fea; hermosa. Superficial. Una máscara de porcelana. El mismo rostro de siempre. Yo soy yo. No tiene mucho sentido, nunca lo tuve. Me pregunto si alguna vez me perdí a mí misma; ¿cuándo fue? Ya no lo recuerdo. No sé si existo, si existí, si existiré. Quiero desvanecerme; siento que ya lo hago. ¿Cuántos punto y coma ya usé? No me interesa. Nada es relevante, nada permanece. Sólo yo, y lo odio, pero no sé odiar. Tampoco sé amar, ni sentir nada.






Diario de Dazai

Datos generales.

Inventario tipológico de Myers-Briggs (MBTI): ENTP ambivertido.

Eneagrama: Tipo 6 con inclinación a 9.

Orientación sexual y romántica: Demi.

Orientación religiosa e intelectual: Agnosticismo, escepticismo.

Temperamento: Melancólico-flemático.

Tipo de humor: Negro (bilis negra).

Carácter: Cínico, conflictivo, provocador.

Flor representativa: Caléndula violeta y amarilla.

Gema representativa: Iolita (cordierita).

Color representativo: Rosa pastel combinado con blanco o con negro.

Color favorito: Rojo (rubí, carmesí, carmín, rojo puro) y azul  (aguamarina, cerúleo, aciano, turquesa).

Animal representativo: Zorro, tortuga.

Pecado capital hipotético: Pereza con inclinación a la ira.

Valor característico: Lealtad.

Pasatiempos: Escuchar música y cantar, leer, dormir.

Habilidades y capacidades: Juegos competitivos (ajedrez) y de destreza psicomotriz (rompecabezas).

Tipo de aprendizaje: Kinestésico con mnemotecnia.

Temor: Perder.

Anhelos: Seguridad y confianza.

Datos particulares.

Tiende a ser complaciente.

Le gusta hacer reír a los demás.

La honestidad no es lo suyo.

No le molesta la soledad ni el vacío, sino el dolor que conlleva.

Odia el dolor. 

Padece de hipersensibilidad sensorial y baja tolerancia a la frustración (irascibilidad).

Sufre distimia, disforia y anhedonia.

Tiene tendencias autolesivas y autodestructivas.

Apego emocional hacia objetos antes que a personas (desapego).

Personalidad carismática, pero apática (insensibilidad emocional).

Disfruta bailar, pero no le interesa aprender a hacerlo.

No toca instrumentos, pero podría interesarle.